Cuando se trata de estudiar el calentamiento global y salvar el planeta, las ciencias ambientales se convierten en la carrera perfecta.
Una de las emergencias internacionales más agudas es la de la crisis ambiental. Ante este panorama, muchas organizaciones y gobiernos se han unido para combatirlo.
En 2015 se firmó el acuerdo de París, en un intento por aunar esfuerzos para disminuir el impacto de la actividad humana sobre la naturaleza. Como guía para comenzar a construir un mundo más sustentable, se tuvieron en cuenta estos tres parámetros:
¿Dónde entran las ciencias ambientales en todo esto?
En 1960, la problemática de la contaminación en la naturaleza se volvió irrefutable. A partir de este momento, la comunidad científica comenzó a hablar de ciencias ambientales. Su campo de estudio está enfocado no solo en encontrar soluciones ecológicas a la industria y el comercio, sino también a modificar la relación de la humanidad con la naturaleza de una manera positiva.
¡Pero veamos más!
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Ante un problema tan complejo como la relación de las personas y el medio ambiente, quedó inmediatamente claro que las ciencias naturales no iban a poder abarcar todos los aspectos necesarios para plantear soluciones no solo bien pensadas, sino también realizables en todos los niveles.
Es por eso que esta área de conocimiento y acción reúne a disciplinas como física, economía y ciencias sociales. El objetivo es diseñar e implementar medidas y acciones para resolver los problemas a los que hoy nos enfrentamos con respecto al medio ambiente.
Se estudia no solo la naturaleza, sino también toda la acción humana y el impacto que tiene. Claro está que todo lo que hacemos modifica el entorno en el que vivimos, pero estas modificaciones pueden ser de mínimo riesgo, e incluso positivas. Como es imposible que se produzca un cambio masivo a partir de la acción individual, se asocian campos de estudio como la ecología, la antropología y la política, entre otros.
Los objetivos que busca cumplir esta carrera son los siguientes:
Que quienes se titulen en el área puedan diseñar e implementar medidas para mitigar el impacto negativo de la actividad humana sobre un ecosistema.
Formar profesionales capaces de identificar con rapidez y claridad las fuentes de contaminación en un área.
Que comiencen a generarse acciones desde organizaciones gubernamentales para combatir la crisis climática.
Educar a personas que sean capaces de liderar iniciativas y programas destinados a conservar los recursos naturales.
Que puedan diseñar y evaluar estudios de impacto ambiental en distintas partes del mundo.
Educar a personas que sepan trabajar en equipo, aportando a la creación de nuevos marcos legales que contemplen el cuidado del medio ambiente en todos sus aspectos.
Que se generen nuevos conocimientos y se diseñen alternativas sustentables al uso de recursos no renovables, como el petróleo.
Dependiendo de la institución universitaria que elijamos, habrá algunas modificaciones en la currícula y en las asignaturas que tendremos que aprobar. Por lo general, se cubren áreas relacionadas con la química, la biología, las matemáticas y la física. El grado tiene una duración de cuatro años. Luego de eso, el estudiante puede profundizar su formación cursando un máster en gestión medioambiental.
Para elegir una carrera universitaria no hay que tener características especiales de ningún tipo. De hecho, la decisión debería estar basada principalmente en nuestra pasión por la carrera, y no en expectativas ajenas.
El grado en ciencias ambientales es perfecto para aquellas personas preocupadas por la crisis climática y que buscan la manera de combatirla desde un campo de acción muy amplio. Por lo general, son personas que disfrutan de la naturaleza, aman a los animales y tienen curiosidad por distintas disciplinas científicas. Además, saben trabajar en equipo y escuchar activamente.
Los estudiantes madrileños interesados en esta carrera pueden realizarla tanto presencialmente como a distancia, en caso de ser necesario.
Una de las ventajas de la educación virtual es que no es necesario considerar los gastos en transporte y vivienda, aunque sí es imprescindible contar con una conexión estable a Internet. Quienes viven lejos de las sedes universitarias pueden sacar un gran provecho de esta modalidad.
Con respecto al cursado tradicional, una de las ventajas es que se pueden formar muy buenos equipos de trabajo, logrando incluso que esta colaboración se extienda más allá de la carrera en sí.
La Universidad Nacional de Educación a Distancia es una buena opción para quienes prefieren el cursado virtual.
En el caso del cursado presencial, el grado universitario en ciencias ambientales es dictado por la Universidad Autónoma de Madrid y por la Universidad Rey Juan Carlos.
¿Te gustaría comenzar con esta apasionante carrera? Podemos ayudarte a dar los primeros pasos en Madrid.
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